El derecho a la vivienda está recogido tanto en la Constitución Española como en el Estatuto de Autonomía de Cataluña. Aun así, cerca de 4.900 personas fueron atendidas en centros para personas sin hogar en 2012 en Cataluña (INE), 3.941 personas en Barcelona se encuentran en situación de sin hogar, 895 se encontraron pernoctando en la calle según el último recuento de la XAPSLL en mayo de este año 2021. El contexto social En los últimos años, la situación de la vivienda se ha convertido en tema central dentro del debate público a causa de los graves problemas respecto a la dificultad para acceder a él, pero también respecto a su pérdida. Esta problemática se ha hecho evidente, tanto en los años de bonanza económica, cuando los precios de la vivienda eran inasumibles, como en el periodo de crisis actual, cuando no se ha podido hacer frente al pago de hipotecas y alquileres. La ciudadanía, diferentes entidades y movimientos sociales han hecho visible un problema social latente: la exclusión residencial. Dicha exclusión ya existía en situaciones de extrema pobreza y marginación, y tiene su máximo exponente en el fenómeno del sinhogarismo, a menudo invisibilizado.
¿Cuáles son las causas del sinhgarismo? Las causas que llevan a la exclusión residencial y a encontrarse durmiendo en la calle son múltiples. Tradicionalmente se ha tendido a identificarlas con las carencias personales, convirtiendo a las personas afectadas en las únicas responsables de su situación. Sin embargo, esta opinión ha ido cambiando porque se ha llegado a la conclusión que las causas del sinhogarismo no solo son personales, sino también estructurales, institucionales, de relación... El enfoque mercantilista de las políticas económicas y de vivienda desde el inicio de la democracia en nuestro país es una de las causas generadoras de situaciones de sinhogarismo y que, al mismo tiempo, dificultan la reinserción de personas excluidas. A pesar de la gran cantidad de pisos vacíos que hay actualmente en nuestras ciudades, las posibilidades de acceder a una vivienda cuando una persona no tiene techo son literalmente nulas. El parque de vivienda pública es muy pequeño (en Cataluña solo alrededor del 1% del total de vivienda disponible) y exige unos requisitos de acceso que las personas sin hogar no pueden cumplir; entre otras causas, estos son algunos de los obstáculos que tiene que superar una persona sin hogar para acceder a una vivienda.
¡Es posibe! Una de las tareas de las entidades sociales, como Mambré, consiste en aportar fórmulas de gestión e intervención social que permitan eliminar estos obstáculos y lograr la inclusión social de las personas sin hogar. ¡Transformar esta situación es posible! Cataluña tiene los recursos y las capacidades para hacerlo. La Administración pública tiene una responsabilidad preponderante, pero también es imprescindible la participación y aportaciones de otras entidades, instituciones y empresas, y de la ciudadanía en general. Es necesario trabajar para ofrecer vivienda a todos y para eliminar los estigmas y prejuicios hacia las personas. |
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